Las Proteínas Reducen el Apetito más que otros Nutrientes Maryland


Las dietas ricas en proteínas producen un aumento de la glucosa en el intestino delgado, lo que envía al cerebro sensación de saciedad. Por tanto, parece adecuado no olvidar ingerir alimentos proteicos para controlar el peso, aunque no de forma exclusiva, pues hay que comer de todo para evitar carencias nutricionales.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Lyon (Francia) ha realizado un estudio, publicado en la revista especializada “Cell Metabolism”, que demuestra en roedores (aunque la relación se da también en las personas) que la ingesta de proteínas reduce más el apetito que la de hidratos o grasas.
La importancia del estudio es doble: en primer lugar, nos indica un camino para controlar mejor la obesidad: sin ser una panacea, la ingesta preferente de alimentos más proteicos (carne, pescado, huevos, legumbres,…), probablemente favorecerá el control del peso, al reducir el apetito más que otros alimentos ricos en hidratos o grasas. Siempre, por supuesto, a igualdad de calorías consumidas.
Pero una vez más hay que insistir en la importancia de tener una dieta variada, es decir, comer de todo. No se trata, por tanto, de tomar sólo alimentos proteicos, porque incurriríamos en carencias que podrían perjudicar gravemente nuestra salud. En caso de duda, el control de un médico es fundamental.
Pero el descubrimiento también es importante por el mecanismo de actuación que ha puesto en evidencia: la presencia de glucosa en el intestino delgado reduce la sensación de hambre, y viceversa. De esta forma, se abre una vía para tratar trastornos alimentarios (no solamente obesidad), que podría deparar en el futuro resultados prometedores.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Lyon (Francia) ha realizado un estudio, publicado en la revista especializada “Cell Metabolism”, que demuestra en roedores (aunque la relación se da también en las personas) que la ingesta de proteínas reduce más el apetito que la de hidratos o grasas.
La importancia del estudio es doble: en primer lugar, nos indica un camino para controlar mejor la obesidad: sin ser una panacea, la ingesta preferente de alimentos más proteicos (carne, pescado, huevos, legumbres,…), probablemente favorecerá el control del peso, al reducir el apetito más que otros alimentos ricos en hidratos o grasas. Siempre, por supuesto, a igualdad de calorías consumidas.
Pero una vez más hay que insistir en la importancia de tener una dieta variada, es decir, comer de todo. No se trata, por tanto, de tomar sólo alimentos proteicos, porque incurriríamos en carencias que podrían perjudicar gravemente nuestra salud. En caso de duda, el control de un médico es fundamental.
Pero el descubrimiento también es importante por el mecanismo de actuación que ha puesto en evidencia: la presencia de glucosa en el intestino delgado reduce la sensación de hambre, y viceversa. De esta forma, se abre una vía para tratar trastornos alimentarios (no solamente obesidad), que podría deparar en el futuro resultados prometedores.

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